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SIGUIENTE LEGISLATURA SIN PACTO POR MÉXICO.

Si bien cada periodo ordinario legislativo genera expectativa sobre los temas que se abordarán en el Congreso, hay que reconocer que también significa desilusión para algunos, al no ver cristalizadas reformas legislativas que ciertos grupos de la sociedad consideran importantes.

Como ustedes saben, nuestro modelo parlamentario es bicameral: consta de una Cámara de Diputados y otra de Senadores, las cuales se encargan de analizar, discutir y en su caso dictaminar las propuestas de reformas a la ley o a la Constitución que se presenten ante el Congreso.

Durante los últimos tres años, que correspondieron a la LXII Legislatura y que inició en septiembre de 2012 y está próxima a finalizar en el mes de agosto de este año, los esfuerzos legislativos se enfocaron principalmente en impulsar los temas de la agenda que se estableció en el mecanismo de diálogo y concertación política llamado Pacto por México.

Más allá de las diversas opiniones que puedan existir sobre éste, lo cierto es que no ha existido un antecedente similar en la historia legislativa de nuestro país, que haya servido para concretar acuerdos políticos parlamentarios de tal magnitud, como lo fue dicho pacto, el cual posicionó en la agenda nacional temas específicos que se convirtieron en la prioridad de los tres partidos políticos firmantes y que a su vez se tradujeron en compromisos concretos en sus respectivas agendas legislativas de los últimos tres años.

Por mencionar algunas, destacaron la reforma en materia educativa; en materia de transparencia y acceso a la información pública; en materia de competitividad; para el combate a la corrupción; la reforma político-electoral; en materia de telecomunicaciones y de transformaciones al sector energético, estas dos últimas, desde mi punto de vista,  las  de mas importantes y de mayor impacto en el modelo productivo y económico del país.

Sin duda, estas reformas representan una etapa de transformaciones muy importantes, pero a la luz de los años se verán los resultados tangibles de las mismas; sin embargo, ahora que el Pacto por México cumplió sus metas y expectativas políticas ¿Qué es lo que sigue en las agendas parlamentarias de la próxima Legislatura?

En el mes de agosto de este año, los principales grupos parlamentarios representados en el Congreso: PRI, PAN y PRD, llevarán a cabo la reunión plenaria de su respectivo grupo parlamentario, que no es otra cosa que una reunión de trabajo donde cada grupo pone sobre la mesa los temas que le son de interés y que estimará prioritarios en el siguiente periodo ordinario de sesiones.

Algunos consideran que estas reuniones político partidistas, no pasan de ser encuentros de donde derivan buenas intenciones pero que no reflejan compromisos concretos con la sociedad, otros consideran que dichas agendas se vuelven tan ambiciosas que son difíciles de concretar, terminan siendo difusas y poco realizables, y en otros casos las agendas parlamentarias se reducen a temas de coyuntura nacional, mediáticos o productos de escándalos sociales, más reactivas que propositivas… pero habría que preguntarse si realmente los grupos parlamentarios delinean una agenda objetiva que responda a las demandas de la sociedad.

En el último año, de acuerdo a las agendas legislativas de los principales grupos parlamentarios, se impulsaron los mismos temas, unos tuvieron éxito y otros siguen en el tintero, dependiendo básicamente de su grado de complejidad para generar acuerdos políticos o de los intereses que toquen dichos temas.

En el caso preciso de la Cámara de Senadores, los temas que oscilaron de septiembre de 2014  a la fecha y en los que hubo coincidencia de los partidos políticos fue: reformas en materia de combate a la corrupción; en materia de seguridad pública y de justicia,  y para emitir las leyes reglamentarias en materia de transparencia, entre otros, pero me gustaría fijar mi atención en estos.

De estos temas, el combate a la corrupción fue el tema que obtuvo mayor acuerdo de ambas Cámaras para ser dictaminado en abril pasado, a través de la instrumentación de una serie de reformas constitucionales que llamaron Sistema Nacional contra la corrupción, que no es otra cosa que el fortalecimiento de Auditoria Superior de la Federación, y del Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa para conocer de asuntos que tienen que ver con responsabilidades de los servidores públicos en casos de corrupción, y otros mecanismos de corresponsabilidad entre los poderes públicos para combatir este grave problema.

Sin embargo esta reforma no hubiera sido posible concretarla de no ser por la grave situación que atraviesa el país desde hace varias décadas, los continuos escándalos de corrupción en diversas esferas gubernamentales y que fueron de dominio público y el señalamiento de los medios de comunicación y de la sociedad para hacer frente a esta vergonzosa realidad que nos aqueja en todos los niveles. Eso sin contar con el hartazgo social al ver continuos casos de impunidad. Es decir, una serie de factores se reunieron para ejercer presión sobre una reforma tan importante como esta, pero que aun así se queda corta.

Sin embargo, no solo es urgente atender esa materia, la crisis de inseguridad y violencia en el país que ha ido incrementando, es motivo suficiente para analizar el modelo de seguridad y si este es eficaz o no, así como nuestro sistema de impartición de justicia, son temas que seguramente serán objeto de interés para los grupos parlamentarios de próxima legislatura, eso sin mencionar la fuga de Joaquín Guzmán Loera que puso el dedo en la llaga en esta materia, y evidencia la vulnerabilidad de nuestras instituciones de seguridad.

Las leyes secundarias en materia de transparencia y acceso a la información son una materia pendiente desde la reforma constitucional que otorgó al IFAI autonomía constitucional y mayores facultades, y seguramente será un tema prioritario en el próximo periodo ordinario de sesiones.

Otro tema importante que se discutió durante varios periodos en la Cámara de Senadores fue la Reforma Política del Distrito Federal, que fue aprobada en abril de este año y seguramente retomará su discusión la Cámara de Diputados en el periodo que inicia en septiembre, habrá que ver el interés de la nueva legislatura en darle a la capital la autonomía como estado sede de los poderes federales, dividida en Alcaldías ya no en Delegaciones y una Constitución Política de la Ciudad de México. Un tema que sin duda representa un logro para el grupo Parlamentario del PRD en el Senado, particularmente del Gobierno del Distrito Federal quien impulso fuertemente esta iniciativa.

En fin, lo que me gustaría dejar en la reflexión de estas líneas, es que más allá de las motivaciones que existan en las agendas legislativas de los grupos parlamentarios, seguramente habrá temas que se seguirán arrastrando en cada periodo legislativo por su grado de complejidad pero que sin embargo es importante seguir insistiendo en ellos, tal vez con más fuerza y compromiso, porque aún persisten muchas áreas de la vida nacional del país, a nivel macro o micro que siguen en el abandono porque no corresponde a los intereses de los grupos parlamentarios, porque no es coyuntural, porque no es políticamente rentable o porque aún no es un escándalo público, y entonces la ciudadanía se convierte en rehén de lo que quieran y no lo que deberían de impulsar.

Veremos después de agosto como se forman las agendas parlamentarias en esta nueva legislatura que inicia a partir del 1º de septiembre.

Primera Parte.

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SMCHSilvia Maria Calderón Huidobro

@misssilviemarie

Politóloga e internacionalista. Me he desempeñado en el ámbito legislativo desde la perspectiva del Gobierno Federal como al interior de las Cámaras y de sus procesos para toma de decisiones.